Torrijos llegó a Gibraltar a principios de septiembre de 1830. En enero de 1831 marcho sobre La Línea de la Concepción con la intención de llegar a Algeciras pero no tiene éxito. Unas semanas más tarde, sin que se sepa si tuvieron una relación directa con Torrijos, un grupo de liberales acabó con la vida del gobernador de Cádiz, lo que fue interpretado equivocadamente por la guarnición de San Fernando para iniciar un levantamiento que resultó un fracaso, al mismo tiempo que desde el Campo de Gibraltar había salido un grupo de unos 200 hombres que recorrieron la Serranía de Ronda hasta que fueron capturados por los Voluntarios realistas. Estos movimientos parecían indicar que se estaba preparando un levantamiento generalizado por toda Andalucía que estaría encabezado por Torrijos y por Espoz y Mina, y coordinado desde Madrid por Salustiano de Olózaga. Se llegó a fijar la fecha del 20 de marzo de 1831 para el levantamiento, pero la policía de Calomarde, estaba al tanto de los preparativos pues algunos de sus agentes se encontraban en Gibraltar siguiendo a Torrijos y a su grupo desbaratar el intento.
En Granada (18 de marzo de 1831) fue detenida y recluida en su domicilio Mariana Pineda (1804-1831), a quien se acusó de colaborar con la sublevación y de estar bordando una enseña para los insurrectos liberales. Parece ser que más que una bandera liberal, lo que Mariana Pineda estaba bordando era un símbolo masónico (el correspondiente al grado 22, el caballero de la Real Hacha en la obediencia escocesa); es posible por tanto que estuviera en contacto con masones ligados de alguna forma a la conspiración liberal. Tras un fallido intento de huida, fue trasladada a la casa de "arrecogidas" de Santa María Egipciaca. Se piensa que las propias autoridades absolutistas no la consideraban un elemento importante de la conspiración liberal, más bien trataban de usarla, a cambio de indulto, para que delatara a sus cómplices y a los verdaderos cabecillas en Granada. Se ha especulado también que el verdadero motivo de su detención fue el despecho sufrido por el alcalde del crimen de Granada, Ramón Pedrosa, cuyo amor Mariana no había correspondido. Finalmente fue condenada a muerte y ejecutada con garrote vil el 26 de mayo de 1831 a la edad de 26 años.
Mariana Pineda en capilla antes de ser conducida al cadalso
por Antonio Vera Calvo, 1862 (Congreso de los Diputados, Madrid)
Fusilamiento de Torrijos en la playa de San Andrés
por Antonio Gisbert Pérez, en 1888 (Museo del Prado)